
- Nunca jamás consideré que debía recompensarlos con algún tipo de limosna, como creen los "civilizadores".
- Nunca jamás los vi como gente pobre. Me sublevan los servicios sanitarios gratuitos que no protegen la salud, los ministerios de acción social que se afanan por ubicarlos en villas apropiadas, a veces les dan alumbrado gratuito, y hasta les reparten chapas cuando una catástrofe arrasa con sus viviendas marginales.
- La definición de "indio" que sostengo no tiene nada que ver con que hablen su lengua originaria y se mantengan viviendo en sus lugares ancestrales según sus propios usos y costumbres. Ni siquiera tiene que ver que se reconozcan como tales.
- Tampoco me interesan las Declaraciones de Derechos de los Pueblos Originarios establecidas por los supuestos vencedores extranjeros. No me interesa el reconocimiento de su autonomía ni la libertad para practicar su propia cultura.
- Sólo entiendo que este continente no le pertenece al advenedizo, y cuando se está de ajeno sólo queda adecuarse a las propias disposiciones de los dueños de casa, en todo orden y sentido; y si no te gusta, te vas.
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